De donde venimos, hacia donde vamos...
 
El correr del tiempo deja recuerdos que, casi siempre, son momentos que renacen en anécdotas de un abuelo, de un padre, de un amigo. Situaciones contadas con orgullo que nos roban una sonrisa, nos dejan una mirada vidriosa y nos piantan unas lágrimas. 
 
Recuerdos que pertenecen a la identidad de un pueblo que no olvida sus raíces y se enorgullece del esfuerzo del pasado, en sus logros, mirando alto hacia el futuro. Este proyecto tiene la intención de acercarnos, precisamente, esos instantes de la vida de Rivera que fueron perpetuados en distintos medios Audiovisuales.
 
Sean bienvenidos a disfrutar de nuestra Historia.
 

Nuestra aspiración es relatar la historia de Rivera a través de distintos medios audiovisuales. Sirviendo este archivo de homenaje y reconocimiento a aquellos labradores de la prosperidad riverense. Esfuerzos continuados por incomparables generaciones.

Pero el desarrollo de este trabajo encuentra su explicación mejor en palabras ya escritas por Gregorio Verbitsky en su libro con motivo del Cincuentenario del pueblo: “Rivera, afán de medio siglo”:

“…. Documenta el pasado de Rivera en imágenes, pero lo documenta sobre todo para quienes buscarán en las viejas fotos, o bien el rostro de su padre o su propia estampa juvenil, en algún caso tan remota que tardarán en reconocerse. Sabemos bien que en esta simple historia de Rivera, cuya trascendencia no hemos querido exagerar aún hay matices de diferencia en el valor de una fotografía. No es el mismo el de un pic-nic que el de la inauguración del ramal ferroviario; el de una foto escolar que el del Congreso en que se inauguró la Confederación Agraria; el de una fiesta juvenil que el de la visita de Péretz Hirschbein. Pero el recuerdo del pic-nic o de la fiesta juvenil; o la foto de la escuela con sus viejos maestros, son de tal modo una fuente de emoción que omitirlas habría sido contrariar el espíritu de este libro. Habría significado sacrificar, a un prurito de solemnidad que este libro no tiene, el único valor del que no dudamos: el eco que hallará en quienes han de sentir que les es propio, porque verán en él un fugaz reflejo de su propia vida.”